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Un auténtico encuentro con Dios
Identidad

Un auténtico encuentro con Dios

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor, dame la gracia, el día de hoy, de encontrarme en la oración contigo para poder acercarme a ti y poder escucharte. Abre mi corazón para que pueda así sentir tu cercanía y encontrarme hoy contigo.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 9, 7-9

En aquel tiempo, el rey Herodes se enteró de todos los prodigios que Jesús hacía y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado; otros, que había regresado Elías, y otros, que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.

Pero Herodes decía: “A Juan yo lo mandé decapitar. ¿Quién será, pues, éste del que oigo semejantes cosas?”. Y tenía curiosidad de ver a Jesús.

Palabra del Señor.


Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

La persona de Jesucristo tiene como como mayor expresión de amor acercarse a los pecadores y redimirlos. Hoy el Evangelio nos comenta acerca de Herodes y termina diciendo que tenía curiosidad de verlo. Esa misma curiosidad es la curiosidad que podemos sentir nosotros.

El gran problema es que Herodes no estuvo preparado para tener un encuentro con Jesucristo. En el relato de la pasión el Evangelio dice que Jesús no respondió a ninguna de sus preguntas (Lucas 23, 9.). Esto nos recuerda que, para tener ese encuentro personal con Dios, necesitamos purificar nuestra intención y dejarle saber que lo estamos buscando a Él y no a nosotros mismos. Nuestra oración humilde y sencilla se vuelve la oración preferida por Dios en cualquier momento en el cual queramos hablar con Él.

«Saben a dónde ir —grandes teólogos, grandes—, pero no van. También de esto podemos aprender una lección. En la vida cristiana no es suficiente saber: sin salir de uno mismo, sin encontrar, sin adorar, no se conoce a Dios. La teología y la eficiencia pastoral valen poco o nada si no se doblan las rodillas; si no se hace como los Magos, que no sólo fueron sabios organizadores de un viaje, sino que caminaron y adoraron. Cuando uno adora, se da cuenta de que la fe no se reduce a un conjunto de hermosas doctrinas, sino que es la relación con una Persona viva a quien amar. Conocemos el rostro de Jesús estando cara a cara con Él. Al adorar, descubrimos que la vida cristiana es una historia de amor con Dios, donde las buenas ideas no son suficientes, sino que se necesita ponerlo en primer lugar, como lo hace un enamorado con la persona que ama».
(Homilía de S.S. Francisco, 6 de enero de 2020).


Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Dame la gracia de purificar siempre mi intención en cada momento de mi oración. Que seas Tú siempre el centro de mi vida para así ser más digno de hablar contigo.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Le pediré, en una visita al Señor, más humildad para querer unirme a Él en oración.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

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