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Confiar en Cristo y dejarlo ser Dios
Identidad

Confiar en Cristo y dejarlo ser Dios

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor, gracias porque puedo estar contigo un rato. Concédeme darme cuenta de tu mirada llena de amor por mí. María, que sabías que Dios te miraba siempre con amor, acompáñame en este momento de intimidad con el Señor.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 14, 6-14

En aquel tiempo, Jesús dijo a Tomás: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por mí. Si ustedes me conocen a mí, conocen también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto”.

Le dijo Felipe: “Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta”. Jesús le replicó: “Felipe, tanto tiempo hace que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conoces? Quien me ve a mí, ve al Padre. ¿Entonces por qué dices: ‘Muéstranos al Padre’? ¿O no crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que yo les digo, no las digo por mi propia cuenta. Es el Padre, que permanece en mí, quien hace las obras. Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Si no me dan fe a mí, créanlo por las obras. Yo les aseguro: el que crea en mí, hará las obras que hago yo y las hará aún mayores, porque yo me voy al Padre; y cualquier cosa que pidan en mi nombre, yo la haré para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Yo haré cualquier cosa que me pidan en mi nombre”.

Palabra del Señor.


Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Él les dijo: «Yo soy el camino, la verdad y la vida.» Y anteriormente les había dicho: «Soy yo, no temáis.» (Jn 6, 16-21) Imagina que estás en la barca con los discípulos. Es de noche, y el agua se ve negra como las nubes que cubren el cielo. Sopla un viento fuerte, y el bote comienza a danzar sobre las olas. Izquierda, derecha, izquierda. El vaivén comienza suave, pero a los pocos minutos, buscas de dónde agarrarte. Miras alrededor, buscando la costa. En todas direcciones se ve igual de lejana. Estás justo en medio del lago, y las cosas empiezan a empeorar. Por más que remas ya no tienes control sobre la barca… ¿Alguna vez te has sentido así?

Fue en uno de estos momentos de inseguridad y miedo cuando Jesús dijo estas palabras: «Soy yo, no temáis.» Hoy te las dice a ti: «Soy yo. Aquí estoy, aunque no me veas. No temas, porque Yo soy el camino, la verdad y la vida». Pero, ¿cómo no vamos a temer, si los problemas, la inseguridad y la violencia está en nuestra vida cotidiana?

La clave es confiar en Cristo, porque Cristo vive, y dejarlo ser Dios. Confiar en lo que Él les dijo: el que crea en mí, hará las obras que hago yo y las hará aún mayores. Porque Él es nuestro camino, porque es la Verdad y la Vida, nuestra plena felicidad y el único camino para ir al Padre.

¿Quieres hacer de esta confianza en Jesús tu estilo de vida?

«Confiar en el Señor que lo amaba, ¿y saben por qué? Porque el Señor había confiado primero en él; como confía en cada uno de ustedes y no se cansará nunca de confiar. A cada uno de nosotros el Señor nos confía algo, y la respuesta es confiar en Él. Cada uno de ustedes piense ahora en su corazón: ¿qué me confió el Señor? ¿Qué me confió el Señor? Cada uno piense… ¿Qué tengo en mi corazón que me confió el Señor? Me podrán decir: pero hay veces que se vuelve muy difícil. Los entiendo. En esos momentos pueden venir pensamientos negativos, sentir que hay muchas situaciones que se nos vienen encima y pareciera que nos vamos quedando «fuera del mundial»; pareciera que nos van ganando. Pero no es así, aun en los momentos en que ya se nos viene la descalificación seguir confiando.»
(Homilía de S.S. Francisco, 21 de enero de 2019).


Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Jesús, confío en tí, o al menos quiero confiar y creer que eres bueno y buscas mi bien. Aumenta mi confianza. María, enséñame a confiar en Dios como tú, en horas felices y al pie de la cruz. Haz que, como tú, yo sea feliz porque he creído lo que me ha dicho Dios. (Cf. Lc 1, 45)

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy voy a visitar a Jesús en la Eucaristía y estar con Él en silencio unos minutos, para dejarme conquistar por su cariño, por su amor que se hace sacrificio en la cruz. Si lo necesito, voy a buscar una oportunidad de confesarme.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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