«Las llaves son para abrir puertas. El día de Pentecostés fue Pedro quien abrió la puerta del Evangelio al pueblo judío» [1].
«Como intérprete docto en el reino de los cielos Pedro abrió el tesoro de cosas nuevas y de cosas viejas. Gálatas 2:11-15; 1 Pedro 1:1; 5:1 que puso delante de los judíos en Pentecostés (Hechos 2) y de los gentiles en casa de Cornelio (Hechos 10)» [2].
Continuando con Mateo 16, consideremos ahora el versículo 19: Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos. Vemos que Jesús solamente dio las llaves a Pedro, no a los demás Apóstoles [3]. ¿Cuáles son las «llaves del Reino»? Los hermanos dicen que se trata del poder de abrir misiones: Y habiendo llegado, y reunido a la iglesia refirieron cuán grandes cosas había hecho Dios con ellos, y cómo había abierto la puerta de la fe a los gentiles (Hch 14, 27; ver 1 Co 16, 9; 2 Co 2, 12; Col 4, 3). Pero estas citas dicen que fue Dios quien abrió la puerta. Además, Jesús le dio las llaves a un solo apóstol, no a los otros. Es decir que el poder que tiene Pedro no es compartido con otros aunque la Biblia habla de que Dios abre puertas.
Otros hermanos dicen que las llaves se refieren a Pedro, éste abriría la predicación en el día de Pentecostés. (Ver por ejemplo Compendio Manual de la Biblia por Henry Halley.) Recordamos que las llaves son «del reino». No puede ser que Pedro «abrió el reino» cuando predicó el día de Pentecostés, porque es Jesús quien lo abrió: Jesús vino predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado (Mr 1, 14-15). (Lc 17, 21). Ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros.
Hechos 2, no menciona nada sobre abrir puertas. Hay que ser honestos con la Biblia. Pablo habla de abrir puertas, pero no menciona las llaves que Jesús solamente le dio a Pedro. ¿Qué son las «llaves»? En Mt 16, 19, Jesús cumple una profecía bíblica: Y pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; y abrirá, y nadie cerrará; y cerrará, y nadie abrirá. Y lo hincaré como clavo en lugar firme; y será por asiento de honra a la casa de su Padre (Is 22, 22-23). Es el único lugar en el AT donde las llaves son simbólicas ( ver Jue 3, 25), entonces tiene que ser que Mt 16, 19 se refiere a éste.
La Iglesia es ahora la Nueva Casa del Nuevo Rey David (Hch 15, 16) [4]. El Rey Jesús tiene las llaves (Ap 3, 7) y ahora, como cualquier rey, se las confía al cuidado de su mayordomo Pedro [5].
¿Qué está haciendo Jesús? Además de cumplir la profecía de Isaías, Jesús usa un ejemplo de la realidad de su tiempo. Cada rey (David, Salomón, Herodes, César) tenía un palacio y el rey escogía un mayordomo (Ver por ejemplo Is 36, 22; Gn 41, 40) a quien le encargaba abrir y cerrar la puerta del palacio (es decir todas las oficinas de los ministros), manejar todos los asuntos del reino, sellar o no todos los documentos importantes y cuidar el tesoro del rey (Is 22, 15) (Ancient Israel, Roland de Vaux, 1961, p. 30). Ver el papel del portero en Mr 13, 32-34. «El que guarda las llaves tiene la autoridad dentro de la casa de ser el administrador y el que enseña» (The New Interpreter's Bible, 1995, p. 346).
Jesús es el Rey y él da este encargo a Pedro. Pedro tiene la autoridad de abrir y de cerrar, entonces él es instrumento de acceso al rey y se encarga del tesoro que Jesús nos quiere dar (mencionado en Mt 6, 20). En Jn 10, 2-3 leemos: Mas el que entra por la puerta, el Pastor de las ovejas es. A éste abre el portero… Son dos personajes: el Pastor y el portero. El Portero tendrá las llaves por supuesto. En resumen, Jesús tiene las llaves (Ap 3, 7) y se las da a Pedro para edificar su Iglesia. Y ésta pertenece a Jesucristo, no a Pedro: edificaré mi Iglesia. El erudito bíblico protestante F. F. Bruce (quizás el más importante de los teólogos evangélicos) afirmó en su libro Los dichos difíciles de Jesús que Pedro es hecho mayordomo de la casa que Jesucristo iba a construir, ¡esto de un hombre en contra del papado!
El poder de atar y desatar en Mt 16, 19 se refería a asuntos legales y religiosos del pueblo de Dios. Se trata de doctrina (enseñanzas) y del poder de tomar decisiones, de declarar lo que está permitido y lo que está prohibido. El famoso erudito bíblico protestante W. F. Albright («decano de los expertos bíblicos norteamericanos») escribe en su comentario sobre Mateo que «la autoridad de Pedro de «atar» y «desatar» será llevar a cabo decisiones tomadas en el Cielo. Sus actividades de enseñar y disciplinar serán guiadas por el espíritu para cumplir la voluntad del Cielo» (Mateo in Anchor Bible, p. 198).
En el AT, cuando Dios estableció el Pacto con el pueblo de Israel, Él garantizó una autoridad viviente y continua con el sacerdocio de Moisés (2 Cr 19, 11; Mal 2, 7). La autoridad no terminó cuando el A.T. fue escrito sino continuó para salvaguardar y autenticar su interpretación.
Las religiones no católicas no tienen las llaves ni el poder de atar y desatar. Entonces, ¿cómo puede cada fundador de una iglesia protestante tener su interpretación de la Biblia? Ninguna profecia de la Escritura es de interpretación privada (2 P 1, 20). Sobre algunos aspectos, dice Pedro, no cualquiera puede entender las cartas de Pablo: …casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos en inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición (2 P 3, 15-16 y capítulo 3).
Pedro mostró su autoridad cuando hizo que nombraran a otro Apóstol (Hch 1, l5-22) y cuando juzgó a Ananías y Safira (Hch 5, 1-11). ¡Vemos en este texto que mentir a Pedro era mentir al Espíritu Santo!(v. 3) El está protegido de la confusión en la fe causada por el error y las enseñanzas falsas: yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos (Lc 22, 32).
Notamos que Jesús dice «Satanás os ha pedido para zarandearos», es plural: el diablo quiere destruir a todos los apóstoles. Sin embargo, Jesús reza para Pedro: «yo he rogado por ti» (singular).
Notamos también que Jesús dijo esto después de hablar del papel de los Apóstoles en el reino. Comentando sobre estos versículos Juan Crisóstomo dice que «Dios permitió que Pedro cayera porque quiso hacerlo el gobernante del mundo. Pedro recordaría su caída y así tendría compasión hacía otros que caen».
¿Piensas que este deseo de Jesús de que Pedro no cayera en error ya no pertenece a sus sucesores?
El NT ofrece muchas listas de los Apóstoles. Solamente Mt 10, 2; Mr 3, 16; Lc 6, 14 y Hch 1, 13 nombran a todos. Los tres primeros especifican el papel de Simón como «Roca» agregando el nombre «Pedro». Pedro aparece primero en estos catálogos oficiales, Mateo 10, 2 comienza diciendo primero Simón. Y como unos eruditos han dicho, es redundante decir «primero Simón «al principio de la lista si solo quiere decir Simón comienza la lista en vez de subrayar el hecho de su primacía (ver St. Peter and the Popes. Michael Winter, Conn: Greenwood Press, 1979).
Algunos hermanos tratarían de utilizar el argumento, diciendo que Pedro no tuvo autoridad encima de los demás porque en su carta habla de sí mismo como anciano también, igual a los demás (1 P 5,1). Pero este argumento ignora lo que vimos (en Mt 16, 18-19; Lc 22, 23; Jn 21, 15-17, etc). El hecho es que Pedro es humilde, es parte de su enseñanza esta carta. Como el Presidente de un país es también compañero ciudadano sin que esto le quite su autoridad, el Papa es presbítero como cualquier otro pero a la vez tiene la autoridad de Pedro.
Cuidar a mis ovejas
Jesús advirtió a sus seguidores que no esperaran un tiempo fácil, igual como lo trataron a Él harían lo mismo con su Iglesia (Mt 10, 25). Él sabía que su «casa» sería atacada, sería necesario construirla encima de la roca (Mt 7, 24).
La profecía de Miqueas (7, 14) de que Dios iba a apacentar a su rebaño está cumplida en Juan 21, 15. Tres veces Jesús manda a Pedro a «cuidar, apacentar y pastorear a sus ovejas». La palabra griega POIMANE («pastorear») significa gobernar, regir, ser superintendente. (Ver pie de página número 1 de Mt 2, 6 regirá, es la misma palabra. También Cf. Ap 2, 27 y 19, 15). El erudito protestante Joaquín Jeremías admite la autoridad universal conferida a Pedro distinta a la palabra «pastor» para obispos locales [6].
Dios siempre ha escogido personas (Noé, Moisés, los profetas, etc) para su propósito. Pero las religiones se rebelan contra el plan de Jesús cuando rehúsan ser cuidados por el sucesor de Pedro. Es como si un padre de familia nombrara a su hijo mayor para cuidar a los demás hijos, esto no necesariamente por ser perfecto, y los otros hijos no quisieran obedecerlo.
La única Iglesia que puede trazar una línea cronológica desde el presente hasta Jesús es la Católica, como la lista de los papas y las obras de los Padres Apostólicos lo demuestran. Cualquier persona seria lo puede verificar [7].
Después de su Resurrección, Jesucristo mandó a Pedro que apacentara todos sus corderos y ovejas (Jn 21, 15-17). Hermano, ¿eres tú una oveja de Jesús? Si te consideras así, entonces ¡Jesucristo pidió a Pedro que te cuidara!
Notamos otra vez el contexto: Pedro toma el liderazgo: Voy a pescar. Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo (Jn 21,13). Sabemos lo que pasó. Al seguir el consejo de Jesús se llenó la red, tanto se llenó que todos los discípulos tuvieron que arrastrarla. Sin embargo, cuando Jesús pidió un pez, dice la Biblia que Pedro sacó la red a tierra (Jn 21, 11). ¿Será solamente coincidencia que Pedro, sin la ayuda de ningún otro pudo dominar la red cuando los demás no podían? No. Tampoco es coincidencia que la Biblia dice que la red llena de grandes peces.. y aun siendo tantos, la red no se rompió cuando Pedro la manejó. El es el Pastor. Actúa a las órdenes de Jesús: Traed de los peces que acabáis de pescar.
Otra cosa que hay que notar en él, es que inmediatamente después de pedir a Pedro que pastoreara a sus ovejas, Jesús habla de la forma en que Pedro iba a morir. ¿Por qué? Porque recordamos las palabras de Jesús: el pastor su vida da por las ovejas (Jn 10, 11).
Después de advertirles de estar guardando y preparados para toda exigencia Pedro preguntó: Señor, ¿dices esta parábola a nosotros, o también a todos? Y dijo el Señor: ¿Quién es EL MAYORDOMO fiel y prudente al cual su señor pondrá sobre su casa, para que a tiempo les dé su ración? ( Lc 12, 42). Vemos que Jesús contestó a Pedro con una pregunta: «¿Quién es el siervo?». En Jn 21, 15-17 conocemos la identidad de este siervo. Aquí está el siervo fiel quien está puesto encima de la casa para alimentarla con el alimento de la palabra de Dios, siendo que no sólo de pan vivirá el hombre (Mt 4, 4) . El alimento de Jesús era hacer la voluntad de su Padre. Entonces el alimento es la palabra de Dios (la enseñanza) y su voluntad que en parte son las leyes que nos ha dado. Nosotros queremos obedecer al Padre como Jesús.
Pedro, después de Jesús, es mencionado 196 veces en el NT. Pablo y Juan en segundo lugar, solamente son mencionados 46 veces. Solamente Jesús es nombrado más veces. Cuando los Apóstoles son nombrados, el nombre de Pedro es mencionado primero, aunque no fue el primer Apóstol llamado por Jesús. Pedro demostró su autoridad sobre toda la Iglesia cuando visitó las iglesias de Judea, Galilea y Samaria: – PANTON in griego (es «todo el mundo»)- haciendo una visita pastoral (Hch 9, 31-32), mientras Pablo visitó solamente las ciudades donde él había predicado (Hch 15, 36).
Infalibilidad
«En 1870 fue proclamado el dogma de la infalibilidad papal; sin embargo, ya esto no fue sino la proclamación de una creencia que había sido casi universalmente sostenida por todos los católicos fieles por cientos de años» [8].
Los hermanos procuran que los feligreses piensen que la infalibilidad del Papa significa que él no puede equivocarse en nada, ni pecar, por lo tanto este dogma parece ser una tontería. Pero la Infalibilidad no es lo mismo que la impecabilidad, el papa puede pecar y equivocarse como cualquier ser humano.
La infalibilidad consiste en que cuando bajo una cierta condición llamada EX CÁTEDRA, el Papa no puede equivocarse en las áreas de enseñanza, dogma y moral. Un dogma es un decreto, una prescripción legal o disciplinar, como las ordenanzas en Hch 16, 4, es decir, nunca diría algo falso o inmoral [9].
El hecho de que un Papa sea bueno, inteligente, sabio y hasta santo, es digno de reconoser, pero ello no es esencial. Lo importante es que el Magisterio de la Iglesia (su autoridad de enseñar) tiene la garantía de Cristo de ser protegido del error, esto es lo cuenta. Yo no confío en el Papa, sino en Jesucristo quien lo nombró.
Jesús reconoció la autoridad de la «cátedra de Moisés» para enseñar, a cargo de los escribas y fariseos (Mt 23, 2-3): Todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo (aunque ellos no practicaban lo que decían). Esta cátedra (asiento) no era solamente una metáfora para hablar del poder. Verdaderamente había un asiento de piedra frente a la sinagoga donde el líder con la autoridad (generalmente un escriba) hacia juicios sobre asuntos doctrinales y legales. Como dice la Misna Abote (comentario judío), los judíos entendían que la revelación que Moisés recibió de Dios fue transmitida por sucesión ininterrumpida desde Josué pasando por los ancianos, profetas y el Sanedrín (Hch 15, 21).
Siendo que Jesús reconoció la autoridad del magisterio de los fariseos para interpretar las Sagradas Escrituras cuando hablaban «desde la cátedra», reconocemos el magisterio de la Iglesia que habla, no solamente con la autoridad de Moisés, sino la de Jesús mismo. El que a vosotros recibe, a mí me recibe (Mt 10, 40). El que a vosotros oye, a mí me oye (Lc 10, 16). Y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos (Mt 16, 19). Por medio de este don de Dios, se asegura que la fe recibida de Jesús será mantenida.
Obedeced a vuestros pastores (Heb 13, 17).
Como vimos en Mateo 24, leemos del siervo que el Maestro puso como encargado del hogar: ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa, para que les dé el alimento a tiempo? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. De cierto os digo que sobre todos sus bienes les pondrá. Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos, vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes (Mt 24, 45-51). Primero, vemos que Jesús habla del siervo a quien él «pone sobre su casa» (que representa la Iglesia). Este siervo puede actuar bien o mal, y si es desobediente y «golpea a sus consiervos» (abusar de su autoridad) va a ser castigado. Pero no por ser mal siervo, Jesús le quita su poder, ni el da permiso de salir de la casa en rebeldía. El mismo va a castigar a aquellas malas autoridades de la Iglesia.
No es por casualidad que Jesús haya escogido a Judas, quien lo traicionó, así la traición de Judas nos preparaba para comprender a los obispos y Papas que actuarían igual a lo largo de la historia. En el capítulo anterior al 24, Jesús dijo a sus Apóstoles que escucharan las enseñanzas de los fariseos porque tenían la autoridad de la cátedra de Moisés, pero sin imitar sus acciones (Mt 23, 1).
Este dogma de la Infalibilidad se funda en que Cristo promete estar con nosotros hasta el fin del mundo. Nunca nos abandonará como ya vimos. Pedro recibió la inspiración de Dios de que Jesús era el Cristo, el Hijo de Dios vivo: Le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos (Mt 16, 17). El tomó decisiones importantes en la Iglesia Primitiva, como reemplazar a Judas (Hch 1, 15 -26. Ver 15, 7-12) y permitir la entrada de Cornelio y los otros gentiles a la Iglesia (Hch 10 es el fondo de Hch 15). Esta fue su segunda decisión infalible. Entonces, oídas estas cosas (que dijo Pedro), callaron, y glorificaron a Dios diciendo: ¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida! (Hch 11, 18). Pedro había hablado, -él que tiene las llaves- o mejor, Dios habló otra vez por él. Así cuando convocaron el Concilio de Jerusalén para tomar una decisión, ya Pedro la había tomado en Hch 10 y 11. Santiago solamente la repitió: Por lo cual yo juzgo [10] que no se inquiete a los gentiles.
Sin este don que Dios le confiere, ¿cómo podríamos asegurar que nuestra interpretación de la Biblia es verdadera? Vemos el problema con tantas divisiones entre los protestantes, cada cual diciendo que su interpretación es la correcta. Jesús prometió enviarnos el Espíritu Santo para llevarnos a la plenitud de la verdad (Jn 14, 16 y 26; 16, 13). ¿Cómo iba a llegar esta verdad sino a través de su Iglesia?
Sobre la infalibilidad del Papa nos recuerda otro autor que tenemos que diferenciar entre los tipos de proclamaciones papales: «Los cristianos deben aprender a distinguir los documentos en los que la Iglesia compromete su infalibilidad (las definiciones dogmáticas) de los demás documentos… Entre esos últimos, aún es preciso distinguir entre los escritos del Papa y los correspondientes a los diversos organismos del Vaticano… Ni qué decir que estos textos no tienen todos la misma «autoridad»» (Pierre Descouvement, Guía de las Dificultades de la Fe Católica, Edit. Desclée de Bouwer, España, 1992, pp. 247-248).
En cuanto a los documentos del Papa se distinguen: Las Constituciones, las Epístolas, las Epístolas encíclicas con destinario concreto y sin contenido dogmático, Epístolas Apostólicas, Cartas decretales, Cartas Encíclicas, Cartas apostólicas, Epístolas de las Conferencias Episcopales y quirógrafos, cartas de opinión personal.
Los protestantes indirectamente admiten que Dios puede dar el don de la infalibilidad a hombres. Lo hizo con los autores de la Biblia, ya que creen como nosotros que la Biblia es infalible. Hizo a Pedro infalible cuando escribió su Primera y Segunda Carta. Entonces si Dios le dio el don de la infalibilidad cuando enseñó por escrito, ¿por qué no cuando enseñó verbalmente? Y si esto sucedió con él ¿por qué no con su sucesor, sabiendo que sin éllo, habría divisiones en la interpretación de la Biblia? ¿Cómo asegurar que la interpretación de la Biblia es también infalible? (Ver artículo ¿Es la Biblia la única Regla de la Fe?).
El Papa nunca revela algo nuevo, sino cuida y expone fielmente la revelación transmitida por los Apóstoles. El sólo define una verdad, y lo hace en unión con toda la Iglesia. Por eso, la infalibilidad del Papa está vinculada con la infalibilidad de la Iglesia.
Los autores del NT, Mateo, Marcos, Juan, etc., eran hombres falibles. Si el Espíritu Santo pudo utilizarles para escribir la Biblia infalible, ¿por qué no pudo garantizar la interpretación de ésta a través de los siglos por las autoridades de la Iglesia? [11] Jesús dio una interpretación infalible del AT (hasta agregó nueva revelación), después otorgó este don a su Iglesia que seguiría su obra.
No sería nada de nuevo en la historia del pueblo de Dios. En el AT el sumo sacerdote tenía un carisma semejante. En Ex 28, 30 vemos que éste llevaba en su pecho el pectoral del juicio Urim y Tumim. Leemos que dice una revista anticatólica: «El Urim y Thummin (sic) formaban parte de la indumentaria del Sumo Sacerdote… era conocido como Luz y Perfección. URIM.- Tipo de la luz del Espíritu Santo. THUMMIN.- La perfección de la Palabra en los corazones. Se decía que cuando el Sumo Sacerdote quería conocer la voluntad de Dios para el pueblo, hacía uso del Urim y Thummin, mostrando al Sacerdote la voluntad y los deseos de Dios» (La Buena Semilla, revista evangélica, No. 3 junio-julio, 1996, p. 14).
Entonces este «pectoral de juicio» con el Urim y Tumim (que significan «luz y verdad» en Hebreo) era para saber la voluntad de Dios y arreglar desacuerdos entre el pueblo de Israel. Por ejemplo, Moisés ordenó a Josué que buscara al sumo sacerdote Eleazar, quien con su Urim y Tumim, pudo saber cuándo y por dónde los israelitas deberían pasar (Nm 27, 21). En 1 S 14, 41 Saúl hizo que el sacerdote utilizara el Urim y Tumim para resolver el conflicto sobre quién tenía la culpa . Ver también otros momentos en Esd 2, 63 y Neh 7, 65.
Cuando Dios obraba por medio de este carisma los resultados eran infalibles, y no tenía nada que ver si el sacerdote era un santo o un malvado. En el NT leemos: Entonces Caifás, uno de ellos, sumo sacerdote aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada; ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca. Esto no lo dijo por sí mismo, sino que como era el sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación ( Jn 11, 49-52). Caifás, aunque no creyó en el Mesías y peor todavía lo condenó a muerte, ¡profetizó correctamente por medio de su oficio de sumo sacerdote del pueblo de Dios! ¿Vamos a pensar menos en el Apóstol Pedro?
Algunos hermanos citan a Gá 2, 11-14 donde Pablo reprendió a Pedro como prueba de que Pedro no tenía la protección divina del error. Pero esto es prueba que Pablo vio a Pedro como jefe de la Iglesia, por eso tuvo que enfrentarle. Por ser el líder podía hacer mucho daño al rebaño. Además Pedro no había hablado infalible (ex cátedra). Por lo tanto no había definido nada sobre doctrina, el problema era de su conducta. Pablo le llamó la atención como lo puede hacer un súbdito con su superior. Pedro se dejó llevar por la opinión de algunos judíos que querían obligar la circuncisión. Interesantemente, en otra ocasión Pablo hizo lo mismo. Actuó teniendo en cuenta la posible sorpresa y escándalo de los demás: Quiso Pablo que éste [Timoteo] fuese con él; y tomándole, le circuncidó por causa de los judíos que había en aquellos lugares (Hch 16, 3). Yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo (Gá 5, 2).
Además no olvidamos que Pablo, a pesar de tener una visión de Jesús, y ser llevado al tercer cielo, en la misma carta (1 Ti 1, 18) dice que se fue a hablar con la Iglesia para recibir la aprobación:
La admisión de su error por parte de Pedro no disminuyó su autoridad sino fue aumentada por su muestra de humildad. Es señal de un buen líder.
En el AT leemos algo muy significativo en cuanto al pensamiento de Dios sobre la autoridad que Él constituye: En aquellos días María y Aarón criticaron a Moisés porque había tomado por esposa a una mujer extranjera. Decían: «¿Acaso el Señor le ha hablado solamente a Moisés? ¿Acaso no nos ha hablado también a nosotros?»….
El señor les dijo: «Escuchen mis palabras. Cuando hay un profeta entre ustedes, yo me comunico con él por medio de visiones y de sueños. Pero con Moisés, mi siervo, es muy distinto: él es el siervo más fiel de mis casa; yo hablo con él cara a cara, abiertamente y sin secretos, y él contempla cara a cara al Señor. ¿Por qué, pues se han atrevido ustedes a criticar a mis siervo, Moisés?». Y la ira del Señor se encendió contra ellos. Cuando él se fue y la nube se retiró de encima de la tienda, María estaba leprosa…» (Nm 12, 1-2, 6-10).
¿Qué vemos aquí?
- Moisés hizo algo malo en casarse con alguien fuera del pueblo de Dios.
- El profeta y la hermana de Moisés le critican. Pero la crítica más seria está en contra de Moisés como portavoz de Dios: «¿Acaso el Señor le ha hablado solamente a Moisés? ¿Acaso no nos ha hablado a nosotros también?». Era cuestionar el papel de Moisés como mediador y portavoz. Era cuestionar su AUTORIDAD. Y en hacer esto era cuestionar a Dios mismo . (Por supuesto Dios habla a todos pero no con la misma autoridad).
- El castigo fue que Dios le dio la lepra.
- Claro que Pablo criticó a Pedro (su manera de actuar pero no su autoridad de portavoz).
Cada día en miles de Misas en el mundo rezamos por el Papa, en la oración eucarística, como Jesús oró por Pedro en Lc 22, 32 [12]. Si estas oraciones no sirven para ayudarle a él, ¿qué de la oración intercesora nuestra? ¿Qué posibilidad de ayuda tenemos nosotros, cuando pedimos a otros que oren por nuestras necesidades si la oración por el otro no sirve?
Algunos hermanos dirán que el Papa no es el vicario de Cristo, sino que lo es el Espíritu Santo. Y es verdad que el Espíritu Santo es vicario de Cristo (Jn 15, 26 y 16, 13-15) pero no excluye a Pedro. La palabra vicario significa «uno que tiene el poder y facultad de un superior y lo representa». Somos embajadores en nombre de Cristo (2 Co 5,20). Jesús dijo: El que a vosotros oye, a mí me oye; y el que a vosotros desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí, desecha al que me envió (Lc 10, 16). El que recibe al que yo enviare, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió (Jn 13, 20). Es muy interesante notar que recibir o rechazar al vicario de Cristo es recibir o rechazar al Padre Celestial. Me recibisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús dice Pablo (Gá 4, 14).
Podemos resumir este tema en unos puntos:
- Jesús prometió la asistencia divina para su Iglesia (Mt 28, 19-20; Jn 14, 26).
- Por eso la Iglesia es columna y baluarte de la verdad (1 Ti 3, 15).
- La Iglesia por lo menos se remonta al Papa Lino (reemplazó a Pedro). Él está mencionado en 2 Ti 4, 21 y nadie duda de Pablo.
- ¿Por qué la Iglesia asoció su autoridad Pedro quien traicionó a Jesús y no a Pablo?: PORQUE JESÚS LO HABÍA NOMBRADO.
Los hermanos saben que el contexto de un texto bíblico es importante para us interpretación correcta. Es así con Mt 16. En Mt 17, 24-27 Jesús pide a Pedro que pague el impuesto del templo. En 16, 19 Jesús le encargó las llaves del Reino. Jesús le da este poder. Cuando los demás apóstoles quieren algo, van con el que tiene las llaves del tesoro.
Igual en Mt 14, 22s Jesús le da a Pedro un poder sobrenatural de hacer lo que ningún hombre había hecho; caminar sobre las aguas. Y cuando comienza a hundirse, le extendió la mano. En este momento su fe comenzaba a fallar. Pero en realidad Pedro no cuenta con su fe, ni obras para mantenerse, sino en realidad, fue la mano del Señor quien lo levantó. Así, Jesús dijo que iba a orar para que su fe no fallara. (Lc 22, 32). Es Jesús extendiéndole la mano. Esto es el contexto de Mt 16.
El famoso teólogo francés Garrigou-Lagrange, ha concluido que la palabra griega PROTOS en Mateo 10, 2 sin duda demuestra la primacia de Pedro. En su contexto quiere decir «principal-el primero» (Evangile selon Saint Mattieu, p. 195).
Si esperas encontrar una Iglesia perfecta, nunca lograrás esta meta. No existe tal Iglesia. Y si fuera perfecta, no lo sería más desde el momento en que tú entraras en ella. Si estuvieras en el primer siglo, ¿cuál congregación hubieras escogido? ¿La de Corinto? ¿la de La Odisea? ¿la de los Gálatas? Todas tenían sus problemas. El reto es amar a (tolerar a veces) la Iglesia que Cristo fundó aún con todas las imperfecciones que tiene. ¿Sería interesante preguntar a muchos protestantes qué tal grado de infalibilidad dan a su pastor en su interpretación de la Biblia.
Y no me digas que «aceptaste a Jesús como tu salvador y Señor» si no quieres aceptar su voluntad. Jesús dijo: No todo que el que me dice Señor, Señor (aleluya, gloria a Dios, o palabras semejantes) entrará en el reino, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos (Mt 7, 21). Y su voluntad es que él le dió la autoridad a Pedro y a la Iglesia, Jesús quiere que seamos cuidados por Pedro.
¿Qué dijo la Iglesia primitiva respeto a la Infalibilidad?
Desde tiempos primitivos el Obispo de Roma era como el árbitro final de la fe cristiana. Hasta el cisma griego del siglo IX no había oposición masiva contra el Papa. Los primeros ocho Concilios Ecuménicos, que tuvieron lugar en el oriente, siempre recibieron la aprobación del Papa antes de ser convocados, y su consentimiento antes de ser proclamados como obligatorios para la Iglesia universal.
El Tercer Concilio de Constantinopla (680) declaró que «la Iglesia Apostólica de Pedro jamás desvió de la Verdad y el Cuarto Concilio de Constantinopla (869) enseñó que » la religión siempre ha sido preservada de mancha en la Sede Apostólica».
En el año 451 cuando leyeron la carta dogmática del Papa León a su representante, el obispo Elavian, los obispos de Calcedón (cerca de Constantinopla) respondieron unánimemente: «Pedro ha hablado por la boca de León». El Concilio de Efeso (431) llamó al Papa Celestino «guardián de la fe» quien enseña la doctrina verdadera porque es el sucesor del Bendito Apóstol Pedro, cabeza de la fe y Jefe de los Apóstoles».
Al fin y al cabo, si aceptas el canon (la lista) del N.T. decidido por los Concilios de Hipona Y Cártago, ¿por qué no aceptas el primado de la Iglesia de Roma, proclamado en el Concilio de Nicea en 325 d. C. ¡70 AÑOS ANTES DE CÁRTAGO!
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NOTAS:
[1] Catolicismo ROMANO por el teólogo evangélico Rev. Dr. Hugo P. Jeter, (Editorial CLIE, España 1994. p. 51). Además de estar lleno de presentaciones erróneas de la enseñanza católica, por ser un libro impreso en 1994 que pretende ofrecer «entendimiento de la Iglesia Católica Actual» (como dice el subtítulo), éste presenta prácticas antiguas como, «Para recibir los elementos de la Misa, el participante se dirige al frente y se arrodilla ante el altar» (p. 37). Esta práctica cambió con el Concilio Vaticano II en 1965.
[2] El evangélico Sr. Raúl Caballero Yoccou en el libro Sobre Esta Roca Edificaré Mi Iglesia, (Edit Unlit, USA, 1991,1993, p. 19). Gálatas 2, 11-15 y 1 Pedro 1:1; 5:1 no tienen nada que ver con las llaves, además el NT nunca habla de que Pedro abre puertas, es Dios quién las abre (Hch 14,27; 2 Co 12 y Col 4,3) directamente y/o por Pablo (1 Co 16,). Sin embargo solamente Pedro recibió las llaves de Jesucristo. No Pablo.
[3] En el librito La Biblia Católica tiene la Respuesta por el teólogo evangélico Dr. Oswald Smith (publicado por Cruzada Mexicana en Cada Hogar) leemos:»Estas llaves y Poder representan la autoridad que dio a TODOS LOS CREYENTES en Mateo 18:18-19. De cualquier manera aquí se habla de un reino y no de las llaves de la Iglesia» (p. 3). Pero Jesús no dio las llaves a todos sino solamente a Pedro :»a ti», y no «a ustedes». Este folleto esta lleno de errores.
[4] Ver Concordancia atrás de la Reina Valera, p. 248.
[5] Algunas personas tratan de usar el argumento de que Is 22, 22 se refiere a Jesús porque el profeta anunció al Señor. Es verdad que Isaías profetizó a Jesús. pero el capítulo 22, 22-23 no habla de Jesucristo. El rey Ezequías, el descendiente real del trono de David le hace mayordomo del palacio a Eliaquim. La profecía sobre las llaves trata de Eliaquim, no del rey quien las entrega. Jesús en Apocalipsis 3, 7 tiene la llave de David, pero él no es mayordomo. Como los reyes del AT, Jesús, descendiente del trono de David, da las llaves a Pedro su mayordomo (The Collegeville Bible Commentary). ¿O piensas que Jesús es el mayordomo y que hay otro mesías, descendiente de David más grande que él? En resumen, las llaves son símbolo de autoridad.
[6] Theological Dictionary of the New Testament, Eerdmans, USA, 1993, p. 498 citado en Peter and the Orthodox: a reprise, Ray Ryland, Catholic Answers, Oct 1996, pp. 26, igual que Crisóstomo.
[7] Tengo a la mano 16 citas de los Padres Apostólicos que afirman que Pedro estuvo (y murió) en Roma. La arqueología ha confirmado este hecho. Tendríamos que admitir que algunos (muy pocos) Padres Apostólicos pensaron que la roca de Mt 16, 18 era también la confesión de Pedro en v. 16 sin excluir que lo fuera Pedro.
[8] ¿Por qué Soy Evangélico?, por C. William Fisher (en inglés titulado «¿Por qué soy nazareno?») (USA: Casa Nazarena de Publicaciones.1961), p. 52.
[9] No se trata de comparar al Papa con el Apóstol Pedro en cosas superficiales como su manera de vestir, vivir, etc., sino de considerar en él lo más profundo como Pastor Supremo de la Iglesia Universal.
[10] La Palabra de Pedro sigue siendo ley en la Iglesia. En el griego KRINO, mejor traducido «opino» como en Hch 13, 46; 15, 19; 16, 15 y 26, 8 entre otros (Ibid., p. 28).
[11] El autor del libro Análisis del ROMANISMO, J.A. Phillips (USA: Casa Bautista de Publicaciones) trata de este tema pero se contradice. Mientras dice que el Papa no puede proclamar un dogma infalible porque, «No hay lenguaje humano capaz de poseer la flexibilidad suficiente para expresar y transmitir de una manera absoluta y precisa las formulas de verdades que no pueden probarse por medio de la investigación y corroborarse en la escuela de la experiencia. Los vocablos, ya escritos o hablados, son cosas maravillosas. No obstante, las palabras son meramente símbolos» (p. 95). Por otro lado, hablando de la Biblia dice, «Existen dos diferencias entre la doctrina de la infalibilidad de la Biblia sostenida por los protestantes…. El Espíritu Santo es indispensable para poder comprender la Escritura»(pp. 97-98). ¿No está la Biblia del Sr. Phillips escrito «en un lenguaje humano»? ¿Cómo es «sostenida como infalible por los protestantes» como afirma él si, según él, «no hay lenguaje humano capaz de poseer la flexibilidad suficiente para expresar y transmitir de manera absoluta…»?
Es interesante notar que durante la persecución de Herodes, Santiago fue tomado preso y asesinado sin que hubiera mucho alboroto entre los cristianos, pero cuando sucedió esto con Pedro: la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él (Hch 12, 5). Pedro era el gran líder de la Iglesia.
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