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Papa Francisco en Panamá nos invita a vivir nuestra historia de amor con Dios

El Papa Francisco, el domingo 27 de enero, celebró la última misa en Panamá en la Jornada Mundial de la Juventud en el Campo San Juan Pablo II, en la ciudad de Panamá. En la misma dirigiéndose en especial a los jóvenes dijo que la salvación que el Señor nos regala es una invitación a ser parte de una historia de amor.

El Pontífice, dirigiéndose a los jóvenes relató que la vida que Jesús nos regala es una historia de amor, una historia de vida que quiere mezclarse con la nuestra y echar raíces en la tierra de cada uno. “Esa vida – precisó el Papa – no es una salvación colgada ‘en la nube’ esperando ser descargada, ni una ‘aplicación’ nueva a descubrir o un ejercicio mental fruto de técnicas de autosuperación. Tampoco un ‘tutorial’ con el que aprender la última novedad”. “La salvación que el Señor nos regala es una invitación a ser parte de una historia de amor que se entreteje con nuestras historias; que vive y quiere nacer entre nosotros para que demos fruto allí donde estemos, como estemos y con quien estemos. Allí viene el Señor a plantar y a plantarse; es el primero en decir ‘sí’ a nuestra vida, a nuestra historia, y quiere que también digamos ‘sí’ junto a Él”.

María, la “influencer” de Dios

El padre Santo, indicó que María también recibió esta invitación para vivir una historia de Amor, y que todos al igual que María podemos dar el “Sí”. “Así sorprendió a María y la invitó a formar parte de esta historia de amor. Sin lugar a dudas la joven de Nazaret no salía en las “redes sociales” de la época, no era una “influencer”, pero sin quererlo ni buscarlo se volvió la mujer que más influenció en la historia (…) María, la “influencer” de Dios. Con pocas palabras se animó a decir “sí” y a confiar en el amor y en las promesas de Dios, única fuerza capaz de hacer nuevas todas las cosas”.

Francisco, Indicó que siempre llama la atención la fuerza del “sí” de esa joven(María). “Fue una cosa distinta a una aceptación pasiva o resignada o un “sí” como diciendo: bueno, vamos a probar a ver qué pasa. Fue algo más, algo distinto. Fue el “sí” de quien quiere comprometerse y arriesgar, de quien quiere apostarlo todo, sin más seguridad que la certeza de saber que era portadora de una promesa. Tendría, sin dudas, una misión difícil, pero las dificultades no eran una razón para decir “no”. Tendría complicaciones, ciertamente, pero no serían las mismas complicaciones que se producen cuando la cobardía nos paraliza por no tener todo claro o asegurado de antemano. El “sí” y las ganas de servir fueron más fuertes que las dudas y las dificultades”.

La noche de los testimonios

Luego de la Homilía del Papa, siguieron los testimonios jóvenes.  Los que alzaron su voz parahablar del amor de Dios fueron: la joven palestina Nirmeen Odeh, que tras la JMJ de Cracovia decidió volver a la fe; luego le siguió Erika de Bucktron que dijo “sí” a la vida cuando le propusieron abortar a su hija, y finalmente joven Alfredo Martínez Andrión, que tras luchar contra las drogas pudo abandonarlas.

De la XXXIV Jornada Mundial de la Juventud participaron aproximadamente 550 jóvenes paraguayos, quienes vivieron la mágica experiencia. Arzobispo metropolitano, Edmundo Valenzuela, y monseñor Ricardo Valenzuela, obispo de Caacupé fueron los encargados de acompañar la misión.